Adriana Caselotti no era una estrella de la canción en 1937, pero tras un duro casting fue la elegida para poner voz a las canciones de Blancanieves y los siete enanitos, el primer largometraje de dibujos animados de la historia, y el comienzo de una leyenda que aún genera millones y millones de dólares más de ochenta años después.
“Some day my prince will come”, como todas las canciones de la película, fue compuesta por Frank Churchill y Larry Morey. Frank Churchill no tenía grandes éxitos de los que presumir antes de 1930, año en que se unió a Disney Studios como compositor y pianista. Tampoco los tendría después; se suicidó en 1942, poco después del estreno de Bambi. Larry Morey también realizó prácticamente toda su carrera como compositor bajo el ala del mago de la animación.
Posiblemente esta canción inicie un fructífero y largo proceso de “domesticación” que estudios como Disney se encargaron (y se encargan aún en día) de propagar. Claro que no tanto como “Whistle while you work” (silbando al trabajar), pero sí con un mensaje patriarcal dirigido a las niñas de la época (para ser justos, totalmente acorde a la corriente cultural del momento, no nos engañemos). Sea como sea, es un hermoso ejemplo de canción de una época que construyó un sonido propio como pocas en la historia de la música.