2

Sebadoh – Bakesale

2 junio, 2022
Share

Hoy nos toca continuar con esta nueva serie en la que recuperamos discos imprescindibles en nuestra vida, y les hacemos una “reseña a destiempo” contando con todo lo que han supuesto estos discos en estos años. La elección de hoy es especialmente importante, ya que seguramente es el disco más importante de mi vida.

El “Careful” de Sebadoh se topó con nosotros en un recopilatorio de alguna revista. Era principios de 1995 y desde el primer segundo supe que esta brutalidad de canción se me pegaría al cerebro sin misericordia. Casi salimos corriendo para comprar el disco en una antigua tienda de discos, de corta vida pero de grato recuerdo para el Octopus: Faíscas. Cuando llegamos a casa y pusimos el disco, no nos lo podíamos creer. ESO PRECISAMENTE era lo que estábamos buscando.

Después, el “Bakesale” siempre estaría ahí. Estuvo cuando estaba enamorado, estuvo cuando estaba jodido, estuvo cuando me peleaba con la carrera y estuvo cuando pasaba los mejores veranos de mi vida. Dio voz y letra a muchos sentimientos que se me cruzaban a cada paso. Al poco tiempo le acompañó el “Harmacy”, prácticamente al mismo (maravilloso) nivel, pero siempre con la sensación de ser “el segundo”. Y los dos nos acompañaron (y nos acompañan) durante toda nuestra vida, siempre ahí, siempre haciéndonos felices.

El disco se publicaba un 23 de agosto con la etiqueta Sub pop. El nuestro tiene la etiqueta EFA 04942-1, con sello City Slang, etiqueta para la distribución en Europa. Era el primer disco en el que se rompía la pareja fundadora del grupo, Lou Barlow y Eric Gaffney; Jason Lowenstein ya había entrado en la leyenda y Bob Fay sustituía a Gaffney en la batería. Los tres, como era y sigue siendo habitual en el grupo, se repartían las composiciones. Voy a confesar una cosa: nunca me he parado a ver quién es el compositor de cada canción. En realidad más o menos se nota bastante en todas, pero nunca he llegado a hacer una comprobación exhaustiva del asunto. Lo prefiero así.

“License to confuse” arranca el disco con una guitarra sucia y una batería descacharrada; y con una rabia que es constante en todo el disco y que tiene mucho de culpa en cómo te atrapa. Justo después, “Careful”, se me acaban las estrellas para calificarla; una letra imposible de descifrar, una rabia imposible de contener, una canción imposible de igualar. No hay palabras para describir lo que me hace sentir esta canción.

Sigue “Magnet’s coil”, fiestera y con una insuperable melodía (ruido y melodía, ahí está el asunto). La maravillosa emoción de “Not a friend” (¡qué maravillosa forma de explicar el acto de enamorarse perdidamente!), y la arrolladora “Not too amused” (I don’t feel like talking your shit), canción que casi 30 años después me sigue poniendo los pelos de punta. La fantasmal “Dreams” da paso a “Skull”, canción inmortal que sirvió de ¿single? para la promoción del disco.

La gamberra “Got it”, más rabia son “Shit soup”, más fiesta con “Give up”, y de nuevo otra maravilla inolvidable, “Rebound”, que llama a saltar y a beber. La hermosísima “Mistery man” (pese a la dureza de su letra), la delicada “Temptation tide”, cantada por Bob Fay y con la voz femenina de Anne Slinn. Más rabia y frustración con “Drama mine” y, finalmente, la pura emoción de las composiciones de Lou Barlow, condensada de manera magistral en “Together or alone”.

Ruido, melodía, rabia, frustración, emoción, amor, juventud… el dolor de alguien que se asoma a la vida y que descubre que en su mayor parte es un montón de mierda, pero envuelto en una hermosura que, de alguna manera, lo hace soportable.

PD.- Hace poco, justo antes de la pandemia, tuve oportunidad de ver a Sebadoh en Vigo, en nuestro local de conciertos de toda la vida; posiblemente una experiencia que ha acabado cerrando el círculo de todo esto que he contado aquí.