Dame un tiempo para no hablarte, dame un tiempo para imaginarte. He tenido tiempo pero el mundo se acaba, y mientras las paredes se desploman suena una canción de El último vecino. Maldito seas, mundo mágico, que colapsas al ritmo eléctrico de golpes bajos.
Revista de música y cosas a 30 Mbps
Jose y yo sólo somos enfermos.
Pero es que nunca tuve una enfermedad más dulce,
así que por ahora seguiremos.
