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Marco Maril – 15.11.18

21 mayo, 2021
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Algunas veces el arte se define como aquella disciplina que busca representar la realidad tal y como es. Otras veces, como aquella tarea humana que trata de encontrar la belleza. “15.11.18” (Jabalina, 2021), el nuevo disco de Marco Maril, encaja perfectamente en las dos definiciones.

“15.11.18” es un disco destinado a todos aquellos cuya vida, tal y como la conocían, se ha visto truncada por culpa de una gigantesca grieta de la que no puede encontrar explicación: una grieta por la que, a pesar del desastre, entra la luz. Es un volcado total y absoluto del corazón, un volcado del alma sin un atisbo de victimismo, sin un atisbo de rabia, sin una sola estridencia impertinente: un volcado lleno de calor y de calma.

Para construirlo, Marco Maril ha acudido a sus amigos. Porque los amigos de verdad son los que consiguen que, tras el derrumbe, venga la reconstrucción. Amigos como Rafa y Eloi, que “cuando les enseñé ‘La gran mentira’, vieron clarísimo que las canciones tendrían que quedarse así desnudas, sin cocinar, crudas”. Amigos como Federico García Lorca, que ha “servido de inspiración para muchas de las letras de este disco”. Amigos como Agnés Varda, cuya muerte llevó a Marco a la playa, donde, “como un torrente, entre montañas de agua marina empezaron a brotar las palabras, los versos y una melodía”. Amigos como ese piano que entró en su casa un 15 de noviembre de 2018 y con el que empezó a componer las canciones de este disco. Amigos como Iría Vázquez y Macarena Montesinos, que no solo pusieron su voz y su cello respectivamente, sino que con su interpretación dieron sentido y personalidad a las melodías que surgían de la mente de Marco. Amigos como Rafael Romero, que aporta las imágenes perfectas para envolver lo que Marco nos cuenta. Amigos con los que protegerse del dolor y en los que cobijarse después de salir a la intemperie.

Al final de este maravilloso disco, Marco nos regala una lección de vida: “Hai, luz, sempre hai luz, hai moita luz, por riba das nubes”. Gracias, Marco, gracias por todo.